
Es innegable que escuchar la música que nos gusta nos produce un gran placer. Todas nos hemos sentido en alguna ocasión atrapadas por la música.
Pero, ¿qué ocurre cuándo tocamos música? Hay numerosos artículos que han venido defendiendo diferentes beneficios para quien toca un instrumento. En este caso, vamos a compartir los resultados del artículo de Porflit y Rosas-Díaz publicado en la revista Studies in Psychology en mayo de 2019.
Los resultados de su trabajo muestran diferentes beneficios tanto a nivel cognitivo como en las funciones ejecutivas del cerebro:
- Las personas que tocan un instrumento tienen mayor capacidad de memoria de trabajo verbal. Esta función ejecutiva está asociada a la capacidad para reflexionar, autorregular la conducta, formularse preguntas y resolver problemas. Los estudios demuestran que los músicos tienen más desarrollada esta función ejecutiva, y muestran una mayor capacidad, no solo en el contexto musical si no en todos los contextos.
- Quienes tocan un instrumento regularmente, presentan mejores valores en la velocidad de procesamiento. Esta función ejecutiva es determinante para el aprendizaje. Una mayor velocidad de procesamiento permite iniciar la respuesta ante un problema dado en menos tiempo.
- En cuanto a la capacidad de inhibición de los impulsos, también se han encontrado diferencias significativas a favor de las personas que tocan algún instrumento.
- Las personas que tocan algún instrumento también son más capaces en las tareas de atención dividida, siendo capaces de prestar atención a un mayor número de estímulos y tareas al mismo tiempo que aquellos que no practican música.
Os dejamos esta animación de Ted-ed con los resultados de los estudios de Anita Collins acerca de los «fuegos artificiales» que aparecen en el cerebro de quien aprende a tocar un instrumento (puedes poner subtítulos si eso te ayuda a comprender el vídeo).
Esperamos que os guste el artículo. Si es así, no dudes en compartirlo y comentar tu opinión y experiencias al respecto.